viernes, 12 de noviembre de 2010

Infinity: primeras impresiones

Bueno, pues con algunas miniaturas pintadas y escenografía prestada he podido jugar a Infinity. Mi ejército es ALEPH, la inteligencia arificial (IA) que controla el gobierno humano. Me he enfrentado a los Nómadas, gente desencantada con la "dictadura" impuesta por ALEPH especialista en terrorismo high-tech.
¿Y qué tal ha ido?

Infinity es extremadamente fluido. Continuamente ambos jugadores están actuando, y eso se nota. La tensión no decae, no hay horas muertas mientras el otro mueve o dispara. Se suceden intercambios de disparos, esquivas, hackeos a tropas robóticas, muertes, más muertes... Es un juego con una mortalidad alta, y además se compone de pocas miniaturas; es por ello que las partidas se pueden hacer muy cortas. Mi segunda partida ha durado UN único turno! Me han barrido horriblemente en el turno de mi enemigo y en el mío. Porque en Infinity hay que tener extremo cuidado con cada paso y cada decisión; todo cuenta a la hora de vivir un minuto más.
Cada vez que una miniatura es "activada", es decir, recibe una Orden, todas las miniaturas enemigas que tengan línea de tiro limpia hacia ella pueden reaccionar. La reacción puede ser de cualquier tipo; esquiva, movimiento, disparo, etcétera. Una buena colocación de las miniaturas produce unos resultados altamente satisfactorios; mención especial a los francotiradores que dominan sectores del campo de batalla. Estamos, una vez más, ante un juego en el que el despliegue es de importancia vital. Si a través de una ventana ves a una miniatura, tienes línea de tiro (LDT). Tienes que controlar cada paso, porque tu oponente seguro que sabe perfectamente a partir de qué esquina te ven sus tropas. Una mala planificación y tendrás un montoncito de cadáveres recibiendo órdenes.
Se juega con mucha escenografía. Muchísima. Lo ideal, por supuesto, son edificios; la gama Cities of Death de Games Workshop es absolutamente ideal para esto. Se necesitan muchos edificos, no sólo para recrear la atmósfera, sino porque se utilizarán profusamente. Lo malo es que hacer una ciudad saldrá por varios cientos de euros, así que habrá que tirar de hand-made stuff.
Las posibilidades son abrumadoras, aunque lo normal sea "mover y disparar". Las tropas con camuflaje pueden infiltrarse tras las líneas eneigas y empezar una fiesta; los hackers, controlar tropas enemigas; los observadores de artillería, marcar enemigos para que otras tropas les acribillen fuera de LDT, plantar minas...
Hoy no hemos llegado al combate cuerpo a cuerpo; al parecer los nómadas (al menos los de hoy) están más especializados en guerra de guerrillas. Me han colocado minas electromagnéticas y explosivas, me han hackeado un par de Remotos, y me han desplegado un tipo en retaguardia. Pese a todo, la primera partida ha salido relativamente bien; una de mis tropas era la rehostia y cada tiro era una baja (desgraciadamente, mi enemigo tenía un francotirador con unas reglas especiales acongojantes).
Como decía, nada de close combat, así que no puedo hablar de ello. En cuanto al disparo, hay que fijarse en varias cosas: distancia, cobertura y camuflaje. La distancia da bonus, malus y neutrus (...); la cobertura, bonus al objetivo y malus al tirador; y el camuflaje, malus al tirador. Las combinaciones llegan a los extremos de Flames of War: una tropa camuflada tars cobertura y a buena distancia es prácticamente inalcanzable.
La moral tiene su aquél, tiene su presencia aunque no excesiva. Cobra protagonismo cuando el ejército está en retirada, que es cuando ha sufrido el 60% de sus puntos en bajas, pero mientras tanto no suele ser determinante.
En fin, un primer acercamiento que me ha dejado un muy buen sabor de boca. Imaginad Mordheim bien hecho y de ciencia ficción; pues se parecería a Infinity.

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