Señoras y señores, Enemigo Predilecto no está muerto. Independientemente de que las últimas mil entradas sean mías y de que escriba una vez cada solsticio, este blog tiene constantes vitales compatibles con la vida.
Como pueden leer en el título, vuelvo a Infinity con las pilas cargadas. Después de muchos meses de abandono he decidido retomar este juego, auqnue también incide el hecho de que unos amigos míos también estén dándolo todo.
Juego con ALEPH, la inteligencia artificial que gestiona toda la esfera humana. Es la facción con menor número de miniaturas, muy especializada y bastante cara en puntos, pero es que el trasfondo y las miniauras son los mejores.
Infinity es un juego particular, con un sistema que no se parece a ninguno del mercado. Desafortunadamente es un juego en el que hay que buscar combinaciones brutales y putadas en general, cosa que no me atrae. Pero tras echar un par de partidas empiezo a encontrarle la gracia al asunto, y buscar combos entre las múltiples miniaturas es divertido. Es como montar un mazo de magic, salvando las distancias.
En Infinity se puede ganar en el primer turno, y no es que sea algo anecdótico. Sin embargo, las partidas se pueden dar la vuelta de manera asombrosa: hace poco dejé a mi contrincante absolutamente destrozado en mi primer turno, pero un par de tiradas con crítico y su habilidad provocaron que yo me quedara sin ejército. Vamos, que no es imposible plantar cara al jugador que va primero. Y en último caso, no tardas una hora en desplegar, así ue si la partida acaba en turno 1 pues te echas otra y todos felices.
Les iré contando mis avances en este terreno. Visítennos de vez en cuando!
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